sábado, 7 de septiembre de 2019

Capítulo 31 - Con tutor y casa nueva

Durante la semana siguiente me mudé al hogar de una familia a la que siempre estaré muy agradecido por su hospedaje y tan grata manera de tratarme.
Nuestra situación con Laura ya se había hecho pública ese domingo, y difícilmente se hubiera podido mantener oculta por más tiempo. Últimamente resultaba muy raro no vernos trabajando juntos en la iglesia. Por otro lado, las repetidas ausencias de Laura, siempre con un nuevo problema de salud ya no resultaba convincente. A su vez, cada vez que alguien me preguntaba por el papá de Laura, yo me limitaba a decir que estaba en la Argentina, e inmediatamente cambiaba de tema.
Mi cambio de hogar también generaba sospechas. Demasiadas cosas juntas provocaban curiosidad a los observadores; y con el paso de los días poco a poco una parte de la iglesia se fue enterando del tema, junto con la noticia de mi regreso a la Argentina.

Personalmente ya había esperado el tiempo prudencial en el cual se hubieran podido lograr los cambios esperados, los cuales finalmente nunca llegaron. Si bien cada vez se iban agotando más y más las instancias de progreso, el hecho de haberme visto tan vulnerado en mi trabajo pastoral tocaba mis fibras más íntimas, y era clara muestra del atropello que sufría en mi autoridad como pastor.

Preguntas para interactuar:

¿Cuánto tiempo se ha de soportar una relación familiar enfermiza?
¿Hasta qué punto uno debe dejarse avasallar por el otro por amor a la tolerancia?

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