jueves, 10 de noviembre de 2016

Capítulo 10 - Qué bueno estar juntos

Ya sabía que el 27 de julio estaría en la Argentina, y tan pronto como pasa el tiempo llegué a mi país.
Después de unos días de estar con mi mamá, visitar otros familiares e invertir tiempo con amigos,  viajé a Buenos Aires para encontrarme con Laura.
Nos vimos ese día. ¡Y qué maravilloso fue volver a vernos! Paseamos por diferentes lugares que habíamos visitado el pasado año, charlamos mucho así tanto como nos miramos, intercambiamos experiencias personales, etc. ¿Qué más decir? Estaba fascinado con ella, era la mujer más maravillosa que había conocido. ¡Qué bueno es estar juntos! fue la conclusión en común.

Con todo, esto era demasiado bueno como para durar por mucho tiempo, y en breve ya se presentó un inconveniente. Ella había resuelto viajar próximamente a México.
Así que, después de una maravillosa jornada, regresé nuevamente a mi casa sin mayores soluciones a nuestro dilema sentimental.

Preguntas para interactuar:

¿Fue negligente volver a vernos sabiendo que otra vez estaríamos distanciados?
¿Era necesario meter "el dedo en la llaga" sabiendo que no podíamos llegar a nada?


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