Solo faltaban dos semanas para irme a Canadá, allá por julio de 2005… y sentía que había encontrado a la mujer de mis sueños, pero ¡en el tiempo equivocado!
Con 24 años aún no había tenido novia. En serio, ¡créanme! Así que no veía justo conocer a esta interesante joven a dos semanas de viajar al otro extremo del mundo.
Después de conocernos sólo pensaba en seguir en contacto con ella, y cómo serían mis días fuera del país después de este inesperado encuentro con alguien que me revolucionó tanto la vida.
Durante mis primeros meses en Canadá sólo me preocupaba por enviar la mayor cantidad de mails y mensajes de texto posibles para alegrar a mi amiga de Buenos Aires, y darle a conocer cuánto la apreciaba.
Día tras día, me levantaba por la mañana, encendía la computadora, y lo primero que hacía era enviarle un mensaje de texto a su teléfono móvil; o escribirle un mail para saber cómo se encontraba.
Extrañamente ella también esperaba cada día por esos mensajes diarios que, según dice, generalmente le alegraban el día. Esta chica en cuestión se llama Laura.
Preguntas para interactuar:
¿Te ha ocurrido que conociste a la persona ideal en un momento incorrecto?
¿Qué hacer cuando el amor y los proyectos personales se superponen?
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