Para mí fue muy especial que Laura estuviera presente en mi ordenación pastoral, no sólo por el apoyo emocional que significó, sino por el hecho de que daba mayor seriedad y compromiso al noviazgo que habíamos comenzado hacía dos días, pero que tenía una historia de idas y venidas de dos años.
Al día siguiente nos encontramos nuevamente en el templo para disfrutar de la tradicional actividad de los domingos, y allí tuvimos otra nueva sorpresa. En un momento de la reunión, el pastor nos hizo pasar al frente, y tuvo una oración a Dios, encomendándonos en sus manos para que nuestro noviazgo fuera sano, duradero, y pudiéramos concretar el soñado pacto de amor a través del casamiento en un futuro no muy lejano.
Esa fue la primera vez que se hizo este tipo de acto en dicha congregación desde que estaba este pastor y, sinceramente, me pareció un detalle más que importante en el comienzo de esta relación. Ejemplo que seguimos practicando como pastores con cada pareja que desee formalizar su noviazgo.
Así terminaba diciembre. Con un cúmulo de satisfacciones en mi corazón: “Graduado, ordenado y enamorado”.
Preguntas para interactuar:
¿Estás de acuerdo en practicar la bendición de tu noviazgo?
¿Por qué no hacerlo?
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