A los días Laura pudo hablar con su papá al respecto, quien propuso que ella debía tomar una decisión definitiva en cuanto a sus sentimientos, y en caso de ser favorable, analizar posibilidades de encontrar un camino en el cual pueda ser factible transitarlo juntos.
En mi caso, mi pastor Carlos me apoyó en tomar la decisión de comenzar mi noviazgo, esperando que Dios se encargara de unir nuestros destinos de acuerdo a su voluntad en un futuro próximo.
Y así fue, que sin habernos vuelto a ver, acordamos que la próxima vez que nos veamos, sería para ¡ponernos de novios!
A todo esto, el papá de Laura tenía previsto venir a la Argentina por esos meses, y era obvio que quería conocerme personalmente, así que en medio de sus viajes pasaría a verme por Rafaela.
De alguna manera, se me presentaba una prueba que debía superar, el test del padre de la chica que me gustaba. Y esto tenía especial significado, sabiendo la excelente relación que ambos tenían, y que tanto podía beneficiarme como perjudicarme.
Fue una noche esperada, y la verdad que valió la pena; tuvimos una charla muy interesante donde pudimos conocernos, saber nuestra historia de vida, proyectos, y hablar de aquello que nos vinculaba: Laura.
Era cuestión de esperar qué ocurriría a futuro. De acuerdo a la charla, lo más factible era estar atentos a la posibilidad de que yo viajase a México el año próximo. ¡Primera prueba superada!
El siguiente desafío que me esperaba era ser evaluado por un grupo de pastores quienes estarían en condiciones de ordenarme al pastorado, en caso de salir aprobado. Así me lancé a este nuevo desafío. El 3 de noviembre estuve reunido junto a los pastores de la zona, quienes evaluaron mi conducta hasta el momento, mis conocimientos bíblicos y demás intereses en cuanto a la vocación pastoral. El resultado fue positivo; y me aprobaron ¡en forma unánime! Segunda prueba superada.
Por ese mismo tiempo se realizaban las entregas de títulos en el Seminario donde había cursado mi bachillerato en Teología. Habían corregido mi tesis, la habían aprobado, y ¡era hora de entregarme mi título! Con gran alegría en medio de la ceremonia le comenté a uno de mis exprofesores la novedad que me ordenarían al pastorado, lo cual fue de mucho estímulo tanto para él como para la institución, al ver los resultados de su tiempo invertido en lmi enseñanza. Tercera prueba superada.
Como verán, todo sucedía muy rápido, y en cuestión de meses se presentaban desafíos muy importantes que me hacían estar en continua evaluación de cómo iba Dios preparando todo, y ¡en
qué depararía todo esto!
Preguntas para interactuar:
¿A quiénes les pides consejo a la hora de encarar un noviazgo?
¿Cuán importante es el consejo de tus padres al respecto?
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